¡Hola, hola!
Escribo este post para contaros mi experiencia en la Feria del Libro de Madrid, que se puede resumir en… ¡quiero volveeeeeer!
El resumen lo dice todo, ¿verdad?, ¡ja,ja!
Y es que me lo pasé estupendamente. No solo por los libros que firmé (unos trece o catorce, creo), sino por la maravillosa sensación de verme imbuida en un evento de esas características… Ríos de lectores circulando ente las casetas, colas kilométricas para las grandes firmas, el crujido de bolsas de papel repletas de libros (música celestial para mis oídos, ¡ja,ja!). Y todo esto en un entorno tan incomparable como El Retiro. Oí que este año se estaban planteando trasladar la Feria a la zona de Madrid Río y… la verdad, me alegro de que no haya sido así. El Retiro tiene algo especial, una especie de paz y sosiego que flota en el ambiente y que hace que la feria no sea estresante, a pesar de los miles de visitantes que la abarrotan. Y es que la Feria del Libro de Madrid… ¡VIBRA! ¡PALPITA! ¡RESPIRA! como una entidad viva al ritmo de los cientos de pies que la hollan.


Aquí van un par de datos sobre la Feria, para que os hagáis una idea de la magnitud del evento: este año, el Retiro ha acogido 371 casetas y 1700 autores que van a participar en, aproximadamente, 5000 firmas. Se estima que este año se venderán unos 550.000 ejemplares y que se alcanzará una facturación en torno a 9-10 millones de euros. Todo esto gracias a libreros, editores, autores y… por supuesto, ¡lectores!, el principal motor de la Feria.
Ay… ¿Y sabéis lo mejor? ¡Que vuelvo el sábado que viene!